¿Cómo se escribió la Biblia?

 

Las primeras narraciones de la Biblia tienen su origen mucho antes de la escritura, y fueron transmitidas de generación en generación de padres a hijos, hasta ponerse por escrito. La escritura primero se dio en piedra, arcilla, madera, papiro y pergamino. Y muy tardíamente, en el siglo XV en papel.

Las primeras palabras escritas fueron dibujos simplificados que se conocen como pictografías. Estos signos se trazaban sobre arcilla húmeda con una cuña de punta afilada. Sin embargo, este estilo no perduró porque dejaba bordes irregulares en la arcilla. En su lugar, se utilizó el estilo con punta triangular que se oprimía sobre la arcilla, dejando una serie de impresiones con forma de cuña, de ahí que a la escritura de Mesopotamia se le llamó escritura cuneiforme.

Así mismo, además de la arcilla comenzaron a usarse otros materiales para escribir, como la piedra, vasijas de barro y en paneles revestidos de cera. Fue hasta el siglo XV y XVI, con la invención de la imprenta que la escritura comenzó hacerse en papel.

Antes de la imprenta, los libros eran escritos a mano. En Europa a comienzos de la edad media, los monjes escribían los libros ya fuera para otros religiosos o para los gobernantes. La mayor parte de ellos contenían fragmentos de la Biblia, aunque muchos eran copias de textos de la antigüedad clásica. Al principio utilizaron gran variedad de estilos locales los cuales tenían en común que los textos eran escritos en letras mayúsculas, una costumbre heredada de los tiempos de los rollos. Más tarde, como consecuencia del surgimiento del saber, impulsado por Carlomagno en el siglo VIII, los escribas empezaron a utilizar letras minúsculas y cursivas, y a escribir sus textos con una letra fina y redondeada que se basaba en modelos clásicos.

Cómo se escribió la Biblia.

El primer material permanente de escritura fue la piedra. En la Biblia, la primera referencia son los diez mandamientos. La primera pluma fue el cincel.

Posteriormente las tablas enceradas se hacían con piezas de madera o de marfil cubiertas con cera. Eran empleadas por los asirios, griegos y romanos. A veces se ataban dos tablas juntas. Cualquier palito agudo servía como pluma.

En la antigua Babilonia utilizaron la arcilla en forma de delgados ladrillos, planos y rectangulares. Las palabras se escribían en la arcilla blanda y posteriormente se secaba en el sol.

En Egipto aprendieron a utilizar los tallos de los juncos del Nilo o papiros que crecían en zonas pantanosas. Todavía mojados, los tallos eran puestos en hileras hasta que eran unidos formando una superficie plana de papel y se podía escribir sobre ella.

Las pieles de animales como ovejas, cabras, terneros y antílopes se secaban, raspaban y limpiaban para conseguir un material liso llamado pergamino. De hecho, el término hebreo para libro significa "raspadura". Las pieles se estiraban hasta que quedaban planas y listas para poder escribir en ellas.

Idiomas de la Biblia.

El antiguo testamento cuenta la historia del pueblo de Israel, cuya lengua era el hebreo. Así que, el antiguo testamento fue escrito en su mayor parte en este idioma. El alefato hebreo tiene 22 consonantes, pero no tiene vocales y se lee de derecha a izquierda.

El Arameo era hablado por los persas, que fueron la principal potencia en el oriente medio durante doscientos años, desde el 550 a.C. El arameo llegó a ser la lengua empleada por los comerciantes de aquella región. Partes de libros del antiguo testamento como Daniel, Esdras y Jeremías se escribieron en arameo.

Para la época del nuevo testamento, el arameo era la lengua cotidiana de los judíos, así que Jesús lo hablaba. Sin embargo, el hebreo permaneció como lengua de oración y de culto.

Algunos manuscritos de partes del antiguo testamento en arameo, llamados targumes, que han llegado hasta nosotros, nos sirven de ayuda para determinar las palabras del hebreo original.

En el año 331 a.C. el general griego Alejandro Magno conquistó Persia. Así alcanzó el dominio del mundo antiguo y el griego común pasó a ser la lengua comprendida por la mayor parte de la gente.

Cuando los seguidores de Jesús escribieron el nuevo testamento, quisieron que todo el mundo conocido supiera las Buenas Nuevas, de modo que los escritos se realizaron en griego aunque retuvieron palabras arameas originales.

El alfabeto griego se compone de 24 letras y fue el primero en incluir letras para vocales.

Hacia el año 300 d.C. el nuevo testamento había sido traducido a varios idiomas que incluían el latín, el sahídico y el siríaco (una lengua que se habla en la actual Turquía). La Biblia siríaca recibió el nombre de Peshitta o versión simple. Los misioneros sirios llevaron el evangelio y la Biblia a lugares tan distantes como: China, India, Armenia y Georgia.

La Biblia en sus orígenes no estaba dividida en capítulos ni en versículos.

La Biblia fue dividida en capítulos en el siglo XIII entre los años 1234 y 1242 por el teólogo Stephen Langhton de Inglaterra.

La división del antiguo testamento en versículos fue establecida por estudiosos judíos llamados masoretas, los cuales dedicaban sus vidas a la recitación y la copia de las Escrituras, así como a la formulación de la gramática hebraica y las técnicas didácticas de la enseñanza del texto bíblico.

Fueron ellos los primeros que, entre los siglos IX y X dividieron el texto hebraico (antiguo testamento) en versículos. Influenciado por el trabajo de los masoretas, un impresor francés llamado Robert D' Etiénne dividió el nuevo testamento en versículos en el año 1551.

Hasta el casi mediados del siglo XVI, las Biblias eran publicadas solamente con divisiones de capítulos. Sucedió así con la Biblia que Lutero tradujo al alemán alrededor del año 1530.

La primera Biblia que incluyó totalmente la división de capítulos y versículos fue la llamada Biblia de Ginebra, publicada en 1560 en Suiza. Los editores de la Biblia de Ginebra optaron por los capítulos y versículos observando la gran utilidad que tenían para la memorización, localización y comparación de pasajes bíblicos.

Abraham Gutiérrez O. Th.B.

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