Albert Schweitzer: el médico que revolucionó la teología

 

Bosquejo

  • Introducción 
  • Resumen de su vida 
  • La búsqueda del Jesús histórico 
  • El Pablo escatológico 
  • El médico de África 
  • El legado de una vida dedicada a Cristo 
  • Conclusiones

Introducción 

Muy pocas veces en la historia de la teología se presentan personajes que son bivocacionales, la mayoría de todos los teólogos son personas que dedicaron por entero su vida al estudio de la teología, la Biblia y sus ramas afines. Pero no es así en el caso de Albert Schweitzer, este hombre fue doctor en filosofía, doctor en teología, médico, músico y misionero. Cabe mencionar que no solo ejerció múltiples profesiones en distintas etapas de su vida, sino que destacó en cada una de ellas, y una de las que nos interesa tratar más a fondo, es el impacto teológico que tuvo en la academia, Schweitzer no fue un teólogo más de la corriente liberal, Schweitzer fue más allá de la teología liberal, siendo uno de los primeros críticos de la misma. Sus aportes al campo teológico tienen que ver en dos ramas, la primera es lo que la teología llamó la búsqueda del Jesús histórico, y la segunda fue en el campo de los estudios paulinos, con su libro “el misticismo del apóstol Pablo”, marcando una nueva tendencia de estudio de Pablo desde una perspectiva escatológica, estas obras fueron de tal importancia que se le considera a Schweitzer como el padre de la escatología realizada. 

Fue un hombre también misionero que dedicó su vida a atender enfermedades en África y fundar hospitales, su obra caritativa le llevó a ser ganador del premio nobel de la paz en 1952. 

Resumen de su vida 

Ludwig Philipp Albert Schweitzer nació el 14 de enero de 1875, nació en el seno de una familia culta alemana, su padre era pastor luterano, lo cual de alguna forma influenció a  Schweitzer en sus estudios teológicos, también  Schweitzer era primo del filósofo francés Jean-Paul Sartre. Creció en la ciudad de  Gunsbach, donde él mismo afirmó que guardó grandes recuerdos de su infancia y parte de su juventud, pasó luego a Mulhouse donde hizo su bachillerato, y fue en esa misma ciudad donde comenzó su carrera como músico iniciándose en el órgano. Schweitzer posteriormente se mudó a París, donde estudió teología y filosofía en la Universidad Sorbona de París, justo en esa ciudad, también se inscribió al conservatorio de música con la finalidad de perfeccionar sus habilidades en el órgano convirtiéndose en un músico profesional analista de las obras de Bach, llegando al grado de musicólogo al punto de ser uno de los mejores músicos del mundo, a tal punto de fabricar sus propios órganos considerándose de gran calidad. 

En 1899 obtuvo su doctorado en filosofía, y en 1900 obtuvo su doctorado en teología, siendo uno de los estudiantes más destacados de ambas facultades. en 1902, fue nombrado maestro de conferencias en la facultad de teología protestante de la Universidad de Estrasburgo, fue en esa facultad donde comenzó a ser distinguido por su obra sobre la “investigación y vida de Jesús”, además de ser un erudito del Nuevo Testamento, al mismo tiempo se dio a conocer que Schweitzer era un gran intérprete y analizador musical. 

En 1913, Schweitzer añade a sus 2 carreras como teólogo y músico una más, el ser médico cirujano con especialidad en enfermedades infecciosas, su esposa estudió junto con el y se graduó como enfermera, después de graduarse Schweitzer partió al Congo francés, su viaje iba con el propósito de fundar un hospital para los nativos de la región, lamentablemente no tuvo éxito en sus primeros días a causa de que no fue bien recibido por ser de nacionalidad alemana, Schweitzer enfermó y regresó a Francia a internarse, en ese tiempo Schweitzer preparó una gira de conciertos de Bach, con el fin de recaudar fondos para seguir con su proyecto de la fundación del hospital en la región de Lambaréné. 

En 1952 fue reconocido por su obra de filantropía y su gran calidad humana, a tal grado que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Su calidad humana, su amor por los desamparados, su ayuda por los necesitados, su habilidad musical, su habilidad filosófica, su habilidad teológica, hicieron de Schweitzer una de las figuras más importantes no solo del siglo XX, sino de la historia de la humanidad.

Schweitzer murió a la edad de 90 años el 4 de septiembre de 1965 en Gabón, África, dejando un legado no solo de conocimiento, sino de amor al prójimo, murió en el hospital que él mismo construyó con sus propias manos 50 años atrás, fue enterrado a lado de su esposa en el cementerio de Lambaréné. 

Algo que cabe destacar, es que Schweitzer siempre trabajó apoyado por su esposa, no hubo proyecto alguno que Schweitzer emprendiera sin ayuda de su esposa, todo fue a lado de ella, con la ayuda de ella, y literalmente hasta la muerte trabajaron juntos. 

La búsqueda del Jesús histórico 

Resulta ser muy difícil, hablar de Schweitzer desde todas las etapas de su vida, nos podríamos enfocar en su vida como filósofo, como músico, como médico, como altruista, pero el propósito de este breve ensayo, es enfocarnos en la influencia de Schweitzer en el campo de la academia teológica. 

Schweitzer creció y aprendió teología desde los presupuestos liberales del subjetivismo, especialmente se vio interesado en las teorías que encerraban la vida, la enseñanza y la historicidad de Jesús. Schweitzer escribió una magnífica obra en 1906 titulada “la búsqueda del Jesús histórico”, o también conocida como “investigación sobre la vida de Jesús”. Schweitzer analiza lo que la academia llamó “la primera búsqueda del Jesús histórico”. En esta obra Schweitzer analiza todas las búsquedas del Jesús histórico del siglo XIX y principios del siglo XX, Schweitzer se dio cuenta que estas biografías de Jesús, estaban basadas solo en meras subjetividades, además de que estaban mostrando un Jesús con tendencias teológicas de sus propios investigadores, Schweitzer criticó a Christian Hermann Weisse sobre las preferencias del carácter de Jesús, criticó también a Bruno Bauer que fue el primer académico en afirmar la no historicidad de Jesús. 

Schweitzer en una segunda edición de investigación sobre la vida de Jesús, analiza la búsqueda del Jesús histórico en el cambio de siglo es decir del siglo XIX al XX, donde hace una fuerte crítica a los teólogos que niegan la historicidad de Jesús donde los señala de errores metodológicos e historiográficos evidentes, ya que estos eruditos liberales, señalaban que el Jesús de los evangelios era más una idea, una especie de proyección astral, para resaltar la idea del cristianismo. Llevando la misma metodología, de esta forma también se negaba la resurrección de Jesús. 

Schweitzer fue tan contundente en su crítica, afirmando que las obras escritas en contra de la historicidad de Jesús fueron escritas muy a prisa, y sin fundamentación científica, Schweitzer argumentaba que mientras estos filósofos y teólogos que supuestamente abrían un nuevo camino para una reformulación del cristianismo, realmente estaban oscureciendo el panorama para tener una filosofía de la religión objetiva, y una historicidad comprobable. 

Schweitzer concluye su libro diciendo que Jesús aún es un misterio para muchos, pero aun así el mismo hombre que no conocieron los discípulos cuando caminó sobre el agua, es el mismo hombre que se presenta a los cristianos y les dice “sígueme”. 

Schweitzer argumentaba que una de las cosas que llevaron a mal entender a Jesús, era el centro teológico de su mensaje. Schweitzer creía en un anuncio escatológico de Jesús, es decir, que el mundo estaba viviendo sus últimos días, y que Cristo como mensajero divino, vino a enseñar la escatología del Reino de Dios a fin de poder preparar al mundo para la venida de ese Reino. Este pensamiento lo desarrolló más adelante con sus presupuestos de la teología paulina. 

La mayoría de los críticos de principios del siglo XX, estuvieron de acuerdo con los argumentos de Schweitzer, y reconocieron que en efecto, las imágenes históricas de Jesús del siglo XIX y XX, eran subjetivas y se perdía el punto histórico, Schweitzer así concluyó con la primera búsqueda del Jesús histórico, y fue un parteaguas para la academia teológica de volver a comenzar una nueva búsqueda de Jesús, que inició con la escuela neobultmaniana a mediados del siglo XX. 

El Pablo escatológico 

Schweitzer no solo incursionó en los estudios acerca de Jesús, sino que también estuvo involucrado en los estudios paulinos, NT Wright dice que a pesar de que Schweitzer escribió un poco tarde acerca de los estudios paulinos a causa de su labor misionera y médica en el Congo, sus aportes a los estudios paulinos son muy valiosos hoy en día, a tal grado que se han retomado en cierta manera en la teología de la Nueva Perspectiva de Pablo. 

Schweitzer escribió una obra en 1930 llamada “El misticismo del apóstol Pablo”, donde Schweitzer formula 2 preguntas que son consideradas seriamente: 

  • ¿Pablo es un pensador judío o un pensador griego?,
  • ¿Cuál es el centro de la teología paulina?, ¿Se trata de la justificación por fe, o estar en Cristo?.

Schweitzer creía que estar en Cristo era la creencia judía esencial, otra de las cosas que Schweitzer insistía era en refutar a aquellas personas que creían que Pablo era un hombre bajo una fuerte influencia helenística, Schweitzer insistía en que Pablo era un apóstol judío al servicio de los gentiles, pero fue por medio del ministerio de Pablo, que de alguna forma el helenismo comenzó a meterse al cristianismo gentil a pesar de que Pablo era un pensador judío. 

Schweitzer creía que la justificación por fe, no era el centro de la teología paulina, de alguna manera este argumento es una crítica a la teología de la reforma, ya que esta argumenta todo lo contrario. 

Entonces la pregunta es esta; ¿cuál es el centro de la teología paulina?. Para Schweitzer la respuesta estaba en “el misticismo de Cristo”, es decir, la doctrina paulina de “estar en Cristo”. Schweitzer interpretaba esta doctrina a la luz del trasfondo judío apocalíptico, es decir que Dios había actuado en el mundo de forma radical y escatológica por medio de Cristo, y ahora el pueblo de Dios esta en Cristo y unido en Cristo. Schweitzer argumenta en su hermenéutica que entonces debemos de entender las cartas de Pablo de una forma distinta, mientras los reformadores miran el centro del mensaje de la carta a los Romanos de los capítulos 1-4, Schweitzer mira el centro del mensaje de la carta de los capítulos 5-8, justamente los capítulos que describen el cómo un cristiano puede estar en Cristo. 

El misticismo de Cristo de Schweitzer no estaba basado en ideas gnósticas y esotéricas o cualquier connotación que la palabra pudiese traer, para Schweitzer el misticismo de Cristo, es como el cristiano puede vivir en Cristo en una vida libre y plena, y como a su vez el cristiano puede desarrollar esa vida por medio de formas distintas. De alguna forma esta comprensión de estar en Cristo y aprender a vivir en Cristo, impulsaron la labor misionera de Schweitzer. 

El Pablo escatológico de Schweitzer, dejó un legado para los futuros estudiantes de la teología paulina NT Wright reconoce que no se pueden entender los distintos puntos de vista acerca de la teología de Pablo sin pasar por los estudios de Schweitzer. 

El médico de África 

Regresando a uno de los puntos biográficos de Schweitzer, una de las historias más conmovedoras es que Schweitzer no satisfecho con la fama que le dio el reconocimiento de la teología y la música, quería llevar su vida no solo a la distinción académica sino que dispuso su vida al servicio de los demás. 

En 1913, se graduó como médico cirujano con especialidad en enfermedades infecciosas en la Universidad de Estrasburgo, junto con su esposa que había estudiado enfermería y junto con él se graduó, partieron al Congo Francés en Lambaréné, donde Schweitzer y su esposa Helene construyeron un hospital con sus propias manos. El propósito, era ayudar a las personas del Congo que sufrían de lepra y de la enfermedad del sueño, literalmente fueron millares de personas a las cuales Schweitzer atendió con amor y entrega, se decía que los lugareños le llamaban “el gran dios blanco”, si alguien tenía una enfermedad, inmediatamente sabían que encontrarían atención médica con “el gran dios blanco”, Schweitzer se enfrentó a la pobreza extrema, se enfrentó al rechazo de los lugareños al principio de su llegada, pero el matrimonio tenía en mente servir a la comunidad. Schweitzer trató la lepra, la disentería, la elefantiasis, la enfermedad del sueño, la malaria y la fiebre amarilla. 

Schweitzer hacía viajes periódicos a Europa, no con la intención de ser reconocido por la élite de su país, sino lo hacía para dar conferencias de su experiencia en el servicio de África, para dar algunos conciertos, y así poder recaudar dinero para poder construir más hospitales en el Congo Francés, su intención nunca fue hacerse rico, y vivir una vida llena de lujos, el propósito de Schweitzer y Helene de Schweitzer, estaba en ir a los enfermos como dijo Jesús. Schweitzer y su esposa construían hospitales leyendo manuales de construcción con la ayuda de los locales, siempre trató de economizar los costos al máximo. 

Schweitzer escribió tratados de ética donde analiza el valor de la vida humana, e incluso analiza el valor de la vida animal, el decía “no importa si un animal razona o no, solo se que si es capaz de sufrir, lo considero mi prójimo” haciendo referencia al valor de la vida. 

El legado de una vida dedicada a Cristo 

Schweitzer decía “todos deberían encontrar su propio Lambaréné”, haciendo referencia, de que todas las personas deberían de tener por lo menos un lugar o una serie de personas a las cuales servir, el egoísmo nunca fue algo que caracterizó a Schweitzer, él y su esposa tomaron el ejemplo de ir a servir y no ser servidos, de sanar a los enfermos, de alimentar al pobre, de cobijar al desamparado. Una de sus frases más famosas era “la edad arruga la piel, pero la falta de entusiasmo arruga el alma”, Schweitzer insistía en que las personas siempre deben de tener un propósito de servicio, no importando los años de edad, el servicio siempre mantiene el alma joven. 

Los seres humanos no nacieron para el egoísmo, la clase social de Schweitzer era para que se mantuviese como un gran académico, siempre moviéndose en los círculos aristocráticos de Europa, pero Schweitzer entendió que si Cristo no escatimó en ser igual a Dios, sino que tomando forma de siervo se despojó de sí mismo, así Schweitzer siguiendo el ejemplo de la humildad de Cristo, entregó su vida al servicio de los desamparados. 

Conclusiones 

Filósofo, teólogo, músico, médico, filántropo, y ganador del premio Nobel de la paz, Albert Schweitzer es el mejor ejemplo de la teología práctica, y no una teología ignorante o un evangelio social, Schweitzer demostró que una vida es suficiente para ser muchas cosas en la vida, y que no solo esa vida es para ganar reconocimiento de los demás, sino que una vida es suficiente para servir a los demás. Es verdad que hay muchos puntos criticables de la teología de Schweitzer, yo no estoy de acuerdo con algunos de sus postulados, pero no cabe duda, de que la vida de servicio de Schweitzer es un ejemplo de una vida cristiana a la imagen de Cristo, el Señor le permitió 90 años de vida, 90 años los cuáles ocupó al servicio del Señor, su vida le bastó para ser un gran filósofo, un gran teólogo, músico y médico, pero sobre todo, fueron 56 años sirviendo como médico al servicio de los demás. 

Bibliografía

  • Ladd, George Eldon, 1993, Teología del nuevo testamento, Editorial Clie. 
  • Ridderbos, Herman, 1966, El pensamiento del apóstol Pablo, Libros desafío. 
  • Schweitzer, Albert, 1930, Investigación sobre la vida de Jesús, Editorial Edicep. 
  • Schweitzer, Albert, 2009, Out of My Life and Thought, Johns Hopkins University Press
  • Wright, NT, 1997, El verdadero pensamiento de Pablo, Editorial Clie. 
Joaquin Ortiz F. Th.M

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